Photobooth
252 páginas
Harry N. Abrams, 2010
Inglés
En septiembre de 1925, entre las calles 51 y 52 en Broadway en Nueva York, un inmigrante ruso llamado Anatol Josepho instaló el primer estudio fotográfico totalmente automático. Se trataba de un pequeño stand donde cualquier persona podía obtener un retrato de instantánea, sin un fotógrafo, por un precio muy pequeño: ocho fotos en ocho minutos por 25 centavos. La invención tuvo un éxito inmediato, de la noche a la mañana; la revista Time estimó el número de clientes en los primeros seis meses en alrededor de 280.000. Para cuando Josepho vendió su marca a un grupo de inversionistas por alrededor de un millón de dólares, dos años más tarde, las cabinas ya estaban siendo exportadas alrededor del mundo. El concepto apeló no sólo al público en general, sino también a los artistas. Estimulados por Rene Magritte, los grandes surrealistas -Louis Aragón, Luis Buñuel, Paul Éluard, Salvador Dalí, Max Ernst y André Breton- hicieron autorretratos con los ojos cerrados. El fotógrafo francés Willy Michel usó un stand en el Boulevard des Italiens para documentar las celebridades de finales de la década los años 20, y décadas más tarde, Richard Avedon y Andy Warhol hicieron retratos de celebridades en cabinas fotográficas. Innumerables documentos están disponibles, incluyendo fotos de Francis Bacon, Billy Childish, Allen Ginsberg, John F. Kennedy, Ana Frank, Wim Wenders y Walker Evans. Photobooth dibuja un fantástico, aunque incompleto, inventario de variaciones artísticas en la instantánea, reuniendo obras de arte y autorretratos de personas, tanto conocidas como desconocidas, desde los primeros días hasta el presente.