Woodman, Francesca - Devenir un Ange -

Tapa dura, 18 x 23 cm.
230 páginas
Xavier Barral, 2016
Francés

$ 80000,00
Precio / kg:

Este libro ofrece una inmersión en toda la obra de esta fotógrafa precoz e intensa cuyas fotografías son enigmas visuales poéticos y extraños que, a pesar de la brevedad de su producción, han seguido influyendo en la creación contemporánea. “Tiene 22 años, es plenamente consciente del desorden que la anima; busca su lugar, casi con avidez, utilizando casi exclusivamente su cuerpo en sus imágenes, por eso estoy siempre a mano, explica, cuando la urgencia de la representación se manifiesta, la decrepitud de los interiores, los espejos que permiten ver la cara oculta de las cosas, los recovecos constituyen el marco de estas performances donde un cuerpo evoluciona, fantasmagórico y divertido, para quien afirma así más que vínculos íntimos con la cámara. ¿Será ella un ángel? La pregunta la atormenta. Vuelve a ella regularmente: una criatura invisible, ingrávida, sin problemas ni con el espacio, ni con el lenguaje. Esta puede ser una solución. Esta joven prodigio todavía adolescente, libre, pura encarnación del genio del ángel ligeramente demoníaco, realiza acciones fotográficas efímeras, a veces al límite de lo visible". Fragmento de la introducción de Agnès Sire.
La fotógrafa estadounidense Francesca Woodman (1958-1981) creó un cuerpo de fascinantes obras fotográficas en unos pocos años intensos antes de su muerte prematura. Su obra ha sido objeto de numerosos estudios en profundidad y grandes exposiciones en los últimos años, y sus fotografías han inspirado a artistas de todo el mundo. Las fotografías de Woodman exploran el género, la representación, la sexualidad y el cuerpo. Su producción incluye varios autorretratos, usándose ella y sus amigos como modelos. Las figuras a menudo se colocan detrás de muebles y otros elementos interiores; ocasionalmente, las imágenes se vuelven borrosas de tal forma que su identidad queda oculta para el espectador. La naturaleza íntima del tema se ve reforzada por los formatos pequeños. Woodman trabajó en entornos inusuales, tales como edificios abandonados, utilizando espejos y vidrio para evocar estados de ánimo surrealistas y ocasionalmente claustrofóbicos. Moderna Museet presentó unas cien fotografías de Francesca Woodman, con una selección de las series y temas que la fotógrafa exploró. La exposición fue producida por Moderna Museet en asociación con Betty y George Woodman y el patrimonio de Francesca Woodman. Junto a esta exposición, Moderna Museet presentó una compilación de fotografías del mismo período de su colección, para mostrar a Francesca Woodman en contexto, y ampliar la perspectiva de su obra al público.




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