Odon: Sourcier, Sorcier, Magicien
299 páginas
Gourcuff Gradenigo, 2010
Inglés
Cuando Odón teje sus obras, es un cestero místico. Coloca repetidas redes que atrapan la mirada. En su taller eligió la escuela de la lentitud, el rechazo de las prisas. Ofrece laberintos felices; Peregrinaciones imaginarias. Crea meditando sobre lo finito y lo infinito, sobre el origen de la continuidad, sobre cada inicio de la obra y sobre su desarrollo. Inventa "mandalas", destacando el orden del mundo, objetos de pensamiento, oración, sueños. Con la expansión de la espiral, la obra se difunde e irradia. Con modestia y paciencia, Odón intenta representar el infinito en forma finita, mostrar la energía a veces centrífuga, a veces centrípeta. Tiene en cuenta el lleno y el vacío, el frente y el fondo, el plano y el bajorrelieve, los ritmos de la creación.